Durante la práctica de Biodanza, la música se hace movimiento corporal, es decir, se encarna. La vivencia que que surge del efecto "música-movimiento" deflagra cambios sutiles en los umbrales límbico-hipotalámicos, en los neurotransmisores y en el sistema neurovegetativo. Estos cambios modifican sutilmente el estado de los órganos, los ritmos viscerales, el fondo endotímico y el metabolismo general del organismo.
En Biodanza el análisis semántico de las piezas musicales nos permite utilizar los adjetivos que se organizan dentro de las cinco lineas de vivencia.
La música, tal como la requiere Biodanza -como una forma de energía capaz de estimular el despertar de potenciales biológicos y emocionales- tiene como primera exigencia un sentido de unidad y un desarrollo coherente.
Los ejercicios de Biodanza tendrán en cada persona una resonancia y un grado de intensidad diferente. No obstante, el patrón inductor permitirá a los miembros del grupo tener vivencias afines.
Un módulo precioso, facilitado por Flavio con profundidad e intensidad, teórico y vivencial.
